REFLEXOLOGÍA
En
pies y manos se encuentran áreas que son el reflejo de cada parte del cuerpo.
La presión adecuada sobre estas zonas ayuda a mejorar las funciones de órganos
y aparatos de los sistemas, recuperando el equilibrio perdido y estimular al
sistema inmune, permitiendo que las enfermedades no se produzcan. En pies y
manos, existen zonas que representan a las demás partes del cuerpo, conectados
por vía nerviosa. Además, consideran que como consecuencia de situaciones desfavorables,
se nota una acumulación de sales de Calcio y cristales de ácido úrico en la
terminaciones nerviosas de los pies, bloqueándolas y alternado la estimulación
normal de glándulas y órganos. Los masajes contribuyen a la eliminación de
estos cristales y sales, devolviendo a estos órganos su estimulación normal y
su recuperación de las funciones normales. El masaje zonal, se realiza imprimiendo presión sobre dedos de las manos
y pies. La reflexología estimula el flujo de energía, revitalizando el
cuerpo. Es una técnica que trabaja a
partir de puntos reflejos, esta técnica sostiene que sistemas y óranos tienen
en el pie un punto que los representa, trabajando en esos puntos, se estimula
al órgano, armonizándolo y equilibrando el funcionamiento correcto de los sistemas
que logran el estado de salud, siendo la
enfermedad una desarmonía, de órganos y sistemas. Las dolencias más tratadas
por la Reflexología, son los trastornos del sistema óseo; con esta técnica se alivian dolores en columna y stress.
Existen
diversas clases de Reflexología, como
son la Iridología, (iris), la Reflexología auricular (pabellón de las orejas),
Reflexología podálica (pies), Reflexología de las manos (mano), Reflexología
del cuero cabelludo, Reflexología facial (cara), Reflexología de dedos y uñas,
Reflexología del abdomen y Reflexología de la piel.
Se
realiza mediante presión con el pulgar, imprimiendo movimientos de pulverizar
un terrón de azúcar con el pulgar de una mano sobre la palma de la otra, con
movimientos lentos, profundos y circulares. Debido al intercambio energético
entre masajeado y masajista deben permanecer ambos relajados, respirando
profundamente, para cargar energía positiva. La posibilidad de que el masajista
se cargue de energía negativa procedente del masajeado. Si el masajista durante
el masaje, se siente cansado o tensionado, mojarse las manos después de cada
sesión y de mantenerlas cierto tiempo en
agua fría, contribuye a su relajación. La duración del masaje zonal, depende de
si es relajadora o terapéutica, en
primer caso puede durar una hora, media hora por pie, en el segundo caso, debe
ser quince minutos por pie y luego puede volver nuevamente a iniciar la sesión
hasta completar una hora. Para el
masajista, las toxinas que se liberan en el masaje, deben ser eliminados para
evitar que se acumulen y enferme, conviene espaciar sus sesiones terapéuticas y
cada sesión vaya seguida de un corto descanso o sueño.
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