nutrición
3.7 La piel:
alimentos, soluciones y técnicas
Se puede hidratar la piel
seca, con alimentos nutritivos y variados, con alto contenido líquido, se
aconseja comer en abundancia melones, cítricos, lechuga, uvas, pepinos,
legumbres de hojas verdes; además agua filtrada natural; la leche es una
elección ideal para piel seca, porque es 80% agua y contiene ácidos libres de
grasa que proporcionan la vitamina F y son esenciales para controlar el
metabolismo de la piel y el desprendimiento de sus células.
Los cereales, panes, aceites
vegetales, son fuente de vitamina F; junto con la práctica de ejercicios
regulares, dieta moderada en calorías, baja en grasa, evitando bebidas
estimulantes, aumenta la circulación de la sangre hacia la piel, lleva
elementos nutritivos a las capas superiores y elimina todos los productos
derivados del metabolismo que bloquen poros y producen erupciones.
Una circulación saludable,
lleva humedad a la superficie de la piel, proporcionando limpieza interna; si
la piel es en extremo seca, una dieta exagerada, empeoraría las cosas: sin
elementos nutritivos esenciales y sin calorías requeridas, la piel se agrieta
rápidamente; la diferencia de proteínas, extrae líquidos del cuerpo de donde
más se necesitan (tejidos faciales) y los envía a la parte más baja del cuerpo,
donde no hacen falta (tobillos, derriere).
Se comete el error, de
preocuparnos de la apariencia, solo desde lo externo, cuando es indispensable
comenzar de adentro hacia afuera.
Vitaminas esenciales: La vitamina A, preserva la textura suave y evita la
resequedad, si exagera la dosis puede resecar la piel; un suplemento
vitamínico, que contenga complejo B, zinc, vitamina C y E, es saludable para
todos los tipos de piel. La vitamina C mantiene la elasticidad y ayuda a
resistir infecciones y junto a la vitamina E, acelera su curación y tiende a
minimizar los hematomas, una dieta basada en frutas, cereales, ensaladas de atún,
huevo o pollo, verduras, leche y agua abundante, unida a ejercicios diarios, le
ayuda a mantenerse saludable y bella por años.
La
piel: reflejo de salud y energía
Los humectantes, son
complementos pero no pueden reemplazar el agua, se empieza el día con un vaso
con agua, le puede añadir el jugo de un limón, para acidular el organismo.
Caminar todos los días, hacer un ejercicio aeróbico natural, para mantener los
músculos en buenas condiciones y activar la circulación, contribuyendo a darles
resistencia y vitalidad; todo se refleja en la piel, manteniéndola fresca y
firme; el correr, caminar, nadar, obliga a los pulmones a llenarse y vaciarse
de oxígeno, esto contribuye a la tersura de la piel, los músculos son vitales,
la fuente de juventud, se refiere a los músculos elásticos, tensos, que inflan
la piel, manteniéndola estirada, son los músculos la verdadera fuente de
juventud.
El café, harinas,
carbohidratos (azúcar), y condimentos, son las causas de formación de esos
desagradables grumos de grasa y agua; para combatir la celulitis, son
excelentes los ejercicios de respiración, como yoga; la celulitis tiene que ver
con excesos de toxinas, estados nerviosos, insomnio, cafeína, grasas y condimentos.
Los movimientos del yoga,
sobre todo los de respiración profunda, tienen efecto calmante; el oxígeno
purifica, limpia, sosiega, porque cada célula necesita oxígeno para repararse,
esta respiración profunda, llega al último rincón de los pulmones, mejorando la
circulación, con un cuerpo relajado, nervios fuertes, buenas digestiones,
musculatura elástica, no puede haber celulitis.
Otros casos que contribuyen
a la celulitis son: licor, que retiene agua, estreñimiento que acumula toxinas
y la vida sedentaria; pero con una dieta escasa en carbohidratos, abundante
frutas y verduras, tomando suficiente agua, se elimina la pereza intestinal; un
buen truco es hacer ejercicios por secciones, ejemplo: correr por 2 ó 3
minutos, hasta alterar la respiración y hacer dos ejercicios sencillos,
estirando músculos del cuerpo, al final del día, logra hacer 20 minutos de
ejercicios que mejoran la circulación; se activa la circulación, dando masajes
con cepillo semiduro o guante de loopha, desde pies a nuca.